PROCRASTINACIÓN: EL ARTE DE APLAZARLO TODO

Sé que a veces te ocurre como a mí: te asustan estos tecnicismos difíciles de pronunciar. Al ser complicados de repetir, esto nos predispone a pensar que el concepto no va a haber quién lo entienda. Pero la procrastinación es una excepción, te lo aseguro. Voy a explicarte en las siguiente líneas de qué se trata, sus inconvenientes, cómo superarlos y también sus ventajas.

¿Quién no ha pospuesto una y otra vez esa tarea que tanta pereza le da comenzar?

Y con la decisiones, ¿cuantas veces has dado largas a sentarte y elegir una opción en aquello que está delante tuya?

Pues bien, las personas que tienen como frase favorita “mañana lo haré” son procrastinadores.

Los aspectos de tu comportamiento que más se resienten cuando aplazas en vez de actuar son tu productividad y tu potencial. Yo diría que también tu autoestima pues día que pasa en el que sientes que no avanzas, día que te pesa como una losa. ¡Ya es hora de cambiar, superarte y lo sabes! Así que comienza con estas pequeñas variaciones que serán el principio de tu evolución.

  1. La regla de los dos minutos: estás ante una acción que se puede hacer en menos de dos minutos. ¡No la planifiques, simplemente hazla! De este modo habrá una multitud de tareas que no vas a tener la oportunidad de posponer.

  2. Cuando llegue la hora de esa odiosa tarea plantéate trabajar solo cinco minutos y dejarlo. Experimentarás que cuando lo hagas el miedo se esfuma y la inercia te llevará a terminar el trabajo.

  3. Convierte tareas repetitivas y aburridas en rutinas. Las rutinas son hábitos que haces de forma casi inconsciente y simplifican tu vida.

  4. Las decisiones: seguro que ya has leído en algún artículo la típica tarea en la que haces una lista de los pros y otra de los contras de esas opciones a la vista. Hoy te propongo algo diferente: reflexiona sobre qué significa esa acción para ti. Después de hacerlo tendrás una nueva visión sobre este tema, que te guiará al tomar la decisión.

  5. Seguro que asumes compromisos que ocupan tu tiempo, tu energía y te sientes responsable de ellos, pero en realidad no quieres hacerlo. Te lo has buscado por no aprender a negarte. Comienza a decir NO.

  6. Si te das cuenta de que no es el momento de hacer algo: abandona. Quizá el proyecto al principio parecía diferente y ahora no tiene sentido seguir con él. Si es así simplemente déjalo.

  7. Tu único recurso no es el tiempo. Aprende a gestionar tu energía. Trabaja en tus mejores momentos, descansa, cuida tu alimentación y haz ejercicio.

Por último quiero dedicarle unas líneas a las ventajas de la procrastinación. Hay estudios que afirman que actuar con rapidez puede ser contraproducente. Estaríamos hablando de precrastinar. La impulsividad puede estar detrás de este estilo de comportamiento poco reflexivo, que puede llevarte a tomar decisiones erróneas e incluso desfavorables para tus objetivos.

Tómate tu tiempo, dedica tu energía y tus recursos a cada paso en su justa medida. Como dice la Tortuga en el cuento infantil (“La Tortuga y la Liebre”):

Sin prisa pero sin pausa, la carrera está ganada”