Porque tú y yo no se convierte necesariamente en nosotros.

Estamos reinventando el concepto de pareja. En nuestra sociedad, cada día, encontramos modelos nuevos de personas que crean vínculos afectivos y comparten su vida: Las reglas están cambiando y además, cada vez resulta más difícil que las parejas duren. ¿Qué puedes hacer tú para evitar la desdicha que lleva a la ruptura?

Es cierto que el abanico de parejas que viven en la sociedad actual es cada vez más variopinto, los modelos se han diversificado, pero no por ello el concepto de pareja ha evolucionado. Seguimos pensando que unirse a alguien significa fundirse con el otro, perder parte de tu identidad, renunciar a ideas, valores y si vamos a lo práctico abandonar amigos, aficiones y familia. En muchos casos tú y yo sigue siendo igual a nosotros, por lo que ambos debéis abandonar vuestra vida para comenzar otra nueva y diferente siendo uno solo.

Miedos y espíritu de entrega

Este es uno de los motivos por los que tantos hombres temen enamorarse y formalizar una relación: piensan que van a ser absorbidos por la otra persona y que para que funcionen como pareja deberán renunciar a demasiadas cosas.

Si ese momento llega, va de la mano del enamoramiento: esos primeros tiempos en los que ver, tocar y compartir todos los instantes posibles con la persona amada se convierte en un delirio que, como todos sabemos, tiene su fin. A partir de aquí comienza a hacerse una pareja, la locura transitoria pasó y debemos reencontrar nuestra vida, nuestra identidad y nuestro día a día con un elemento más: nuestra nueva pareja.

Por otro lado, tu capacidad de amar no tiene nada que ver con tu capacidad de entrega. A las mujeres durante muchas generaciones se las educó para servir al marido; una vez casada (¡esa gran meta en la vida de la mujer!) se convertían en la sombra de su esposo…¿Te suenan antiguos estos argumentos? ¿Crees que este modelo de mujer se quedó atrás? ¿Entonces por qué abandonas a tus amigas, te borras del gimnasio y dejas de tomar cervecitas con tus compañeros del trabajo cuando te echas novio?

Pero no importa, pues este es el modelo de pareja adecuado: hay que compartirlo todo. ¿Cuánto tiempo se puede sostener una situación así? Y sobre todo, ¿seréis felices a pesar de compartirlo todo?

El camino de la independencia

Parece contradictoria la idea de ser independiente con la de tener pareja, pero si buscamos en el diccionario la palabra dependiente encontramos una definición parecida a la siguiente: persona que sirve a otra. Si te abandonas a ti mismo para convertirte en una sombra, entre otras cosas, robarás la posibilidad de que te deseen, pues solo se desea lo que no se tiene.

Plantéate crear un puente entre tu pareja y tú: un puente que te permita encuentros y desencuentros constantes, que te ayude a inventar y vivir el deseo, decidir cada día los momentos que compartirás y los que te ayudarán en la distancia a seguir siendo la persona que eres sin él o ella.

Si te olvidas a ti mismo y abandonas en el pasado tus deseos, tus aficiones, tus amigos y tus opiniones, dejarás de ser la persona de la que se enamoraron.

Como dice Bucay (Las 3 preguntas):

hay personas que eligen a alguien para toda la vida y otras que cada día eligen seguir con ese alguien”

Ese puente te ayudará a ser este modelo de pareja.

(Publicado en Revista Sexologies)